Viernes, 4 de julio, Santiago de Compostela - Villafranca de los Barros.
De vuelta a casa: un Camino que continúa
“¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?” (Lc 24,32)
Hoy el autobús avanza por la carretera, mientras nuestra alma todavía camina. Atrás queda Santiago, las mochilas, los paisajes del norte, el calor, las ampollas, las risas, el cansancio, las conversaciones profundas y las oraciones sinceras.
Pero lo esencial… eso viene con nosotros.
Como los discípulos de Emaús, también nosotros hemos caminado juntos, y muchas veces sin darnos cuenta, Jesús iba a nuestro lado. En cada etapa, en cada descanso, en cada gesto de cuidado mutuo, en los silencios compartidos… Él ha estado ahí. Como un compañero más. Como el Peregrino nº1.
Ahora volvemos a casa. A nuestras rutinas. Pero no volvemos igual. Algo ha cambiado. Quizá no sepamos explicarlo del todo, pero sí podemos detenernos y acoger lo vivido con los ojos de Jesús. Dejar que Él nos ayude a interpretar nuestro camino: ¿Qué he descubierto de mí mismo? ¿A qué me siento llamado ahora? ¿Qué pasos quiero dar en mi día a día?
El Camino, no acaba en Santiago. Empieza cada mañana cuando elegimos vivir a su estilo: con sencillez, en comunidad, sirviendo, escuchando, agradeciendo… siendo amigos en el Señor, como soñaba san Ignacio.
Porque sí: un día de camino da para mucho. ¡Imagina una vida!
Por eso hoy queremos dar gracias de corazón:
🙏 A las familias, por la confianza depositada en nosotros para acompañar a vuestros hijos e hijas en esta experiencia tan profunda.
🙏 A todos los chicos y chicas, por vuestro entusiasmo, vuestra entrega y vuestra capacidad de sorprendernos cada día.
Gracias Candela Abad Ponce
Gracias Claudia Acosta Risco
Gracias Oscar Albarrán Vicente
Gracias Miriam Álvarez Tamurejo
Gracias Natalia Arias Ruiz
Gracias Alejandra Asensio Zambrano
Gracias Carmen Bernabé Manzano
Gracias Noelia Berrocal Guerrero
Gracias Marcos Blanco Bautista
Gracias Carmen Cabeza del Hoyo
Gracias María Calle Serna
Gracias Antonio Carrillo Cuéllar
Gracias Carolina Corchuelo Pérez
Gracias Lázaro Cordero Pecero
Gracias Miguel Cruz Hernández
Gracias Santiago Cuéllar Fernández
Gracias Gonzalo Cuéllar Galán
Gracias Sofía Díaz de la Peña Núñez
Gracias Sara del Rosario Domínguez Navarro
Gracias Alejandro Domínguez Ortiz
Gracias Carla Gajardo Gutiérrez
Gracias Carla Gamón García
Gracias Celia García Rodríguez
Gracias Diego Gómez González
Gracias Mª Lucía Gómez Luna
Gracias Clara Hernández Bandrés
Gracias Julia Hernández Matamoros
Gracias Lola Lamoneda Sánchez
Gracias Adriana Lara Martín
Gracias Davis López Ruiz
Gracias Daniela López Trigo
Gracias Mª Luisa Mangas López
Gracias Carlota Martínez Reyes
Gracias Daniela Maya Rodríguez
Gracias Rocío Mayal Macías
Gracias Jaime Medina Maya
Gracias Celia Minero Vázquez
Gracias Marta Morales Muñoz
Gracias Alba Morgado Cabezas
Gracias Pablo Rodriguez-Willians
Gracias Ana Isabel Nieto Tortonda
Gracias Daniel Noriego Calero
Gracias Cayetana Palomo González
Gracias Rocío Rama Torres
Gracias Iker Ramos Morales
Gracias Carlos Ridruejo de la Matta
Gracias Abel Rodríguez Mateo
Gracias Adriana Ruiz de Gauna Hernández
Gracias Carla Salamanca Rondón
Gracias Sofía Sixte Galán
Gracias Marta Tena Burguillos
Gracias María Torralba Llorente
Gracias Silvia Torres Hernández
Gracias Jesús Tortonda Hernández
Gracias Carlota Toscano Cordero
Gracias Pablo Valdivia Sánchez
Gracias Carmen María Vidal-Aragón Ramos
🙏 A los guías, por vuestro compromiso generoso y vuestro cuidado constante.
Gracias P. Antonio Cruz SJ
Gracias Mª Isabel
Gracias Merche
Gracias Encarna
Gracias Luís
Gracias Santiago
Gracias Ignacio
Gracias Carlos
Gracias Roberto
🙏 Y, por encima de todo, gracias a Ti, Jesús, nuestro Compañero fiel. Porque cuando Tú caminas con nosotros, la vida se convierte en Camino.
Gracias por tanto.
A
modo de epílogo:
Cuando
los paisajes son reales y los disfrutamos sin la mediación de una pantalla.
Cuando
las conversaciones son en persona, no un audio.
Camino:
Cuando
las canciones se cantan en vivo y a veces el corazón y la voz se quiebran
porque la emoción los desborda.
Camino:
Donde el
Padrenuestro sólo se concibe con las manos de todos entrelazadas.
Camino:
El
sanador cambió el fonendoscopio por la estola y recetó una generosa dosis de
abrazos, sabiendo que no tienen ninguna contraindicación.
Camino:
Compartir,
compartir hasta el suelo donde dormimos.
Y, ya
puestos, soñar juntos.
El sueño
de Jesús realizado.
Un sueño
que no ha hecho sino empezar. Apenas llevamos recorridos treinta centímetros,
quizás los más difíciles y también los más bellos.
Gracias.
Melodías del Camino (Gracias Carla, Miriam y Carlos):
Gracias de ❤️ a todos.
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