Sábado, 28 de junio, Etapa 2ª: Begonte – Friol (21 km)
Peregrinar entre dificultades
Hoy hemos completado la segunda etapa de nuestra peregrinación y hemos llegado a Friol. No ha sido la más dura físicamente, pero el calor nos ha puesto a prueba y nos ha dejado espacio para algo igual de importante: mirar hacia dentro.
Con el cuerpo ya en marcha y algo más curtido, hoy nos hemos permitido reflexionar sobre cómo afrontamos las dificultades en nuestra vida diaria. El Camino, como la vida, no es una alfombra roja: calor, lluvia, mochila pesada, mosquitos, cocinar, dormir en el suelo… pequeñas y grandes incomodidades que nos sacan de nuestra zona de confort. Y ahí empieza el aprendizaje.
A veces, las dificultades nos sorprenden; otras, podemos preverlas. Algunas incluso parecen consecuencia directa de nuestras decisiones. Pero en todas hay una lección escondida: cómo las enfrentas te define más que el hecho de tenerlas.
Una simple china en la bota puede hacernos parar, cambiar el ritmo, retrasarnos… o puede enseñarnos a cuidarnos, a reconocer lo que nos duele, a pedir ayuda. El Camino nos obliga a elegir: ¿nos rendimos o seguimos? ¿Nos encerramos en nosotros mismos o compartimos la carga del que sufre al lado?
Jesús también vivió dificultades —físicas, emocionales, sociales— y no huyó de ellas. Las abrazó, las hizo parte de su entrega. Hoy, su ejemplo nos interpela:
¿Cómo respondemos nosotros? ¿Qué hacemos con nuestras piedras del camino?
Lectura propuesta: Mateo 4, 1-11
Jesús, también tentado, también en camino.
Una vez más, el Camino se convierte en escuela de vida.
Y hoy, aprendemos que vivir es también vencer las dificultades.
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