Domingo, 29 de junio, Etapa 3ª: Friol – Sobrado (22 km)

Peregrinar en servicio, comprometidos 

Un día en el Camino da para mucho. Las horas se alargan, los kilómetros se sienten, los paisajes nos abrazan y, sin darnos cuenta, algo en nosotros empieza a cambiar.

Cuando pensamos en “peregrinar”, quizás nos vienen imágenes de aventura: mochila al hombro, largos caminos, retos físicos, esfuerzo. Y sí, es cierto. Hay cansancio, hay incertidumbre, hay pequeños desafíos que superar. Pero la verdadera aventura muchas veces está más escondida. No siempre se presenta con fanfarria. A veces se disfraza de un gesto pequeño, de una mirada atenta, de una mano tendida.

La auténtica aventura del Camino es vivir despiertos y atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, con el corazón dispuesto y los sentidos abiertos. Si no vamos con esta actitud, podemos perdernos lo más importante: la oportunidad de encontrarnos… sirviendo.

Y es que en medio de esta experiencia, uno descubre que servir no es un deber impuesto, sino una elección liberadora. No se trata solo de grandes gestos. A veces basta con ofrecer el último trozo de pan, cargar una mochila ajena, esperar al que va más lento, sonreír a quien está agobiado… y así, poco a poco, la comunidad se transforma.

“El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor; y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por todos.”
(Marcos 10, 43-45)

Jesús es nuestro modelo de servicio. En la Última Cena, se ciñó la toalla y lavó los pies de sus discípulos. No era un gesto simbólico: era su propuesta de vida. Él sabía que, después del camino, los pies estaban polvorientos y cansados. Quiso que sus amigos se sintieran acogidos, valorados, cuidados. Ese es el servicio que transforma.

Hoy, en esta segunda etapa, elige servir. Elige mirar más allá de ti mismo. No por obligación, sino porque en el fondo sabes que es así como quieres vivir. Sirviendo con alegría, creando un clima de fraternidad, haciendo que los demás estén un poco más a gusto.

Porque la aventura más profunda del Camino es aprender a vivir como Jesús: lavando los pies, con el corazón en las manos.



































 




Comentarios

  1. Buenas tardes. El camino os hace fuertes, hoy hemos visto por vuestras fotos tan compañeros que sois ayudando y compartiendo. Un día mas para sumar historias !

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